sábado, 11 de agosto de 2007

Todo es cierto, menos una cosa

A estas alturas ya puedo afirmar que todo es rigurosamente cierto. El kakir, el encantador de serpientes, los templos, los inciensos y aromas, los monos por las calles, los mercados callejeros, el trafico caotico, la gente en bicis mugrientas, el carro con bueyes, el mendigo, la malaria, el tren que rebosa gente, los carros con verduras tirados por un buey... Lo he visto. Muy interesantes los bazares, aqui cualquier tienda es un mercado de antiguedades. Abunda el sikh con el turbante y el cuchillo, los palacetes indios, las lamparas tipo aladino en las tiendas... Rigurosamente cierto todo, visto por mis propios ojos. Todo, excepto una cosa: la alfombra voladora. La alfombra existe, de eso no cabe duda y las he visto a patadas, incluso se venden por las calles. Gente en el suelo, sobre la alfombra, tambien la he visto, y mucha. Ahora bien, que el tio que esta en la alfombra despegue, eso todavia no lo he visto.
Jorge en la India sobreviviendo

viernes, 10 de agosto de 2007

Cosas del horario, cosas de la vida

Yo ya no tengo ni idea de qué hora es ahora mismo en España, ni me importa. Sé que aquí hay una diferencia de cinco horas y media con Londres, así que en España será una más o menos, ya ni lo sé. Pero hablando de horarios... hoy me he levantado a las 6.10 de la mañana que es la hora habitual de levantada por aquí. Ya ni lo siento, después de quince días en Londres levantándome a las 5.40. Lo de las 6.10 me parece un lujo asiático, por una vez en el sentido literal de la expresión. Atención, que viene lo fuerte: a las 8.00 de la mañana ya había desayunado, había ido a Misa, había leído el Times of India, conocía los resultados del críquet de ayer y estaba ya en unas instalaciones deportivas de Delhi jugando al tenis con un peruano, un keniano (que no keniata, creo) y un italiano. A las 10.30, después de dos horas de partido sobre tierra batida, con cincuenta grados de temperatura, ya estaba para volverme a la cama.

Tan diferente como el horario es el uso que en la India se hace de las cosas. Sobre todo en lo relativo al número de gente que puede usar a la vez un medio de transporte. Algunos ejemplos reales que ya he visto:

-Gente que cabe en una moto: yo he visto hasta seis en la misma moto, y dos de ellos eran mujeres que vestían el sarhi y montaban de lado. Me río de Rossi. No es fácil ver una moto con menos de tres personas.
-Gente que cabe en una rickshaw (un taxi que no deja de ser una vespa con un cajón detrás para que se sienten dos más): he contado hasta diecinueve, incluidos los que van por fuera agarrados.
-Gente que admite un camello en una autopista sin que el animal se muera: yo he visto hasta cinco personas en el camello, y atado al animal un carro con unas quince personas y bastante carga. El camello iba lento pero hay que decir en su favor que se movía.
-Tema trenes es cosa aparte. Da igual si sacas el billete o no, el revisor no va a pasar porque es imposible que pueda andar por dentro del tren. La gente rebosa por los bordes. Cuando pasa el otro tren por la vía contraria hay que apretarse un poco, claro.
-Autobús público: por definición no para nunca, sino que aminora la marcha. La parada física propiamente no existe, o mejor dicho, es cambiante y está formada por cinco o seis personas que se juntan en cualquier parte de la calle. No sé cuanta gente puede ir dentro del autobús. Tampoco he podido calcular cuánta gente va por fuera. Ni siquiera sé de qué color es el autobús porque no se ve.

La verdad es que todo esto es llamativo si lo piensas pero en realidad aquí parece muy normal y tu no te das ni cuenta. El tiempo mejora un poco y es importante que siga sin llover porque así baja la humedad y se empieza a poder respirar. No dejes de mirar las temperaturas en el cuadro de la derecha. Sigo vivo.

jueves, 9 de agosto de 2007

Animales que me han atacado: varias abejas, una mangosta, un perro, un buey y un mono.

Ayer estuve en el Taj Mahal rodeado de buena gente pero hoy quería zanjar el tema de los ataques de animales que he recibido. Para empezar, vaya por delante que no soy ningún provocador de animales, más bien al contrario, soy bastante asustadizo.

El tema es que no me parece ni medio normal que en dos días me hayan asustado tantas alimañas. Vamos con las abejas que fueron las primeras en interactuar conmigo. Ya he dicho, creo, que aquí en Delhi hay cientos de personas haciendo las cosas más peregrinas del mundo por la calle. Pues bien, andaba yo tranquilamente por la ciudad cuando de repente un mal nacido decide vender enjambres de abejas en la acera. Esto me parece bien si los enjambres están controlados pero cuando me quise dar cuenta estaba metido en una nube infernal de abejas. El caso es que el vendedor estaba tan campante, sin camisa ni nada, rodeado de cientos de abejas. Fueron sólo diez pasos pero muy tensos. Pues bien, no acabo de salir de ésta cuando en la calle siguiente se me cruza delante de los pies un bicho que a mi me pareció grandísimo y que salió de repente de un lateral, cruzó delante de mí a la velocidad de un rayo, y desapareció por el otro lateral de la calle. Mientras me recuperaba del infarto la gente de alrededor me explicaba en un inglés choricero que el bicho era no sé qué, y que era muy bueno porque se comía las serpientes. Cuando escuche la palabra snakes decidí que lo mejor era salir de allí cuanto antes, sólo me faltaba la serpiente... Luego he sabido que se trata de una mangosta y que son bastante comunes aquí. Lo que no termino de entender es por qué la mangosta no puede esperar a que pases tu y luego pasar ella, sino que te tiene que darte un susto de muerte. En fin...

Lo del perro fue más normal. El día de excursión al Taj Mahal un perro decidió darnos la comida merodeando entre nosotros. No fue más allá pero el canino tenía la peor de las pintas, no se iba ni a tiros y es conocido que aquí todo bicho de estas características tiene la rabia. Si te muerde ya puedes ir cogiendo el avión para casa porque los hospitales de aquí son peores que la misma rabia. Y lo del buey fue simplemente que al cruzar una calle me metí entre dos coches y de repente, por el otro lado, apareció un buey bastante rápido que también iba a pasar entre los dos mismos dos coches, pero en sentido contrario claro, hacia mi. Aparte del susto inicial, me pareció conveniente volver sobre mis propios pasos y ceder el paso al animal, que es lo educado. Ya se sabe, antes de cruzar la calle conviene mirar que no venga ningún buey.

Y el mamífero estrella que casi me convierte en su dinner: un mono de tamaño medio- grande, una especie de mandril que merodeaba junto a unos amigotes de su misma calaña en los jardines de al lado del Taj Mahal. Aquí sí que vi la muerte de cerca. El caso es que me parecieron simpáticos, especialmente uno que tenía una cría colgando. Fue acercarme un poco para hacer la foto y salieron huyendo. Pero de repente, uno de ellos, el que tenia la cría colgando, no pudo saltar la valla en su huida y dio media vuelta a toda velocidad para atacrme a mi. Casi me muero, cuando ya me veía con el mono agarrado a mi nariz se paró en seco a un metro y se puso a chillar en un tono muy amenazante, momento que aproveché para coger las de Villadiego. El mono es un bicho muy peligroso y por aquí caua estragos. En el metro de Delhi, que no se me ha ocurrido coger todavía, tienen un súper mono para asustar a los otros monos y que los viajeros puedan ir tranquilos. Así está el tema por aquí.

De momento, sigo vivo. Esta foto lo demuestra. No es que me de aceites, es que ayer en el Taj la sensación térmica se acercó a los 60 grados.

martes, 7 de agosto de 2007

Esperando al remontada que no me llega

Ha llegado el momento de decirlo claramente. Con tres dias me sobra. Sufro un importante jet lag que no remonto, tengo algo de ansiedad y un sueno horrible. Del calor ya ni hablo, me paso el dia pegado a un ventilador o al aire acondicionado. Solo dire que hay ventilador en el ascensor para que no te mueras mientras subes dos pisos en el. Dicen que te acostumbras lo que no dicen es en cuanto tiempo. Ayer mismo pensaba que me rendia y que me volvia a Londres de donde nunca debi salir. Hare un pequeno esfuerzo adicional a ver si puedo.

Hoy estoy un poco mejor. He abandonado las medicinas contra la malaria porque aqui no he visto ni un mosquito, porque son super fuertes porque cuando salgo me hecho el auyentamosquitos que espanta hasta a los indios. Ademas, en Delhi no hay malaria actualmente aunque va por rachas.

He empezado a hacer deporte a diario, la comida es buena y bastante occidental, no pica mucho, la casa esta bien, la gente es estupenda.

Manana esta prevista la visita al Taj Mahal que esta solo a doscientos veinte kilometros de Delhi. Eso aqui es que esta al lado. La India tiene mil millones de personas y en Delhi vivimos solo diceciseis millones. Es la tercera ciudad mas grande del mundo, tiene unos cuarenta kilometros de largo. Y sigue habiendo gente por todos lados, parece una broma. Miras a una terraza y hay gente, miras a un jardin y hay gente, miras por la calle y hay miles de gentes, entras a una tienda y esta llena de gente, sales a la puerta y hay gente. Gente, gente y mas gente. Estan por todos lados.

la india

domingo, 5 de agosto de 2007

Pongo el pie en la India

Ayer llegue a la India, a Delhi. De nuevo no hay acentos ni enes con rabito. Sali sin problemas de Heatrow a las 9.45 y llegue a Delhi a las 22.30, todo segun lo previsto. En el avion estuve ocho horas y media y fue angustioso. Ayer no puede escribir nada porque staba situandome y padecia un importante jetlag.
Unas primeras impresiones: aqui hace un calor espantoso, la temperatura es de unos 40 grados pero la humedad es muy grande, estamos en la session del Monzon, y la sensacion termica es de 50 grados. Parece que hoy ya los llevo mejor. En todo caso, todo el dia sudando excepto cuando hay aire acondicionado. Una segunda observacion preliminar: aqui lo que hay es gente, otra cosa no se, pero lo que se dice gente hay por todos lados. Son una crowd, una multitud, estan por todos lados. No es un pais muy intensivo en capital, es muy intensivo en trabajo. Y una tercera y ultima cosa: todo es extraordinariamente barato.
Eso si, la gente, encantadora. Esta manana he dado mi primer paseo y he visto al famosos encantador de serpientes con la flauta en vivo y en directo. La cobra andaba un poco empanada asi que el indio le ha metido un manotazo que la ha puesto firme. Los turistas le dan unas monedas y el tio le da un manotazo a la cobra pra que se agache y le pone la tapa al bote. Como lo cuento.