Hoy llegado tarde a la oficina. Nunca me pasa, pero hoy he llegado tarde. Por cierto que la oficina ha sido literalmente barrida del mapa y he dedicado cinco horas a llevarme todo lo necesario antes de que los operarios, osea los obreros, convirtiran la zona en una disaster area: muros derribados, techos por el suelo, polvo... en fin lo de siempre en este tipo de reformas. Todo el mundo tiene su particular Ground Zero.
He salido a las 14.55 y he llegado tarde a comer. Tras el plato combinado he salido zumbando para Molinoviejo donde me esperaban unas sesiones de Business Plan. Por cierto que mi contacto en Molinoviejo era el autor del blog pseudoliterario Desde la barra. A Molinoviejo, en Segovia, he llegado tarde para no romper la constante de hoy, pero al final he llegado que es lo que cuenta. Terminadas las sesiones en Molinoviejo he vuelto a Madrid pero he tenido que recoger la vacuna encargada en la farmacia contra las fiebres tifoideas. Esta vacuna hay que ponerla al menos quince jornadas antes de entrar en la zona de posible contagio. En realidad lo que te venden es ya una jeringa preparada. He apuntado bien al michelo de la barriga, ya para adentro. Cero dolor aunque hay que tener unos arrestos para autoponerla.
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